Ventanas de aluminio vs. ventanas de PVC

A la hora de instalar una ventana en nuestro hogar, suele surgirnos una pregunta: ¿Ventanas de aluminio o Ventanas de PVC? ¿Qué material es mejor?
Se trata de dos materiales con características técnicas parecidas, aunque existen diferencias significativas entre ellos.

Precio

El precio puede ser un factor determinante para decidir el tipo de ventanas que queremos instalar. Por lo general, las ventanas de aluminio suelen ser más económicas que las de PVC para prestaciones similares.

Durabilidad

Está comprobado que la vida media de una ventana de PVC está en los 50 años de media y estéticamente se deteriora antes. Por el contrario, la ventana de aluminio mantiene sus características estéticas y funcionales mucho más tiempo y dura de por vida. En raras ocasiones pueden llegar a picarse, ya que es resistente al agua, al igual que lo es a los rayos UVA.

Mantenimiento

Aunque a primera vista ambos materiales están considerados de buena calidad y no necesiten un mantenimiento específico, se recomienda que anualmente se revise el estado de las gomas y los herrajes.

Aislamiento

Existe una opinión extendida que defiende que el PVC posee mejores características de aislamiento térmico y de ruido, al ser el aluminio un metal conductor. Sin embargo, la realidad es el que la capacidad de aislamiento recae sobre el tipo de cristal utilizado.

Seguridad

Todos los materiales de ventana están fabricados bajo estándares de calidad que responden también a la seguridad que ayuden a proteger la vivienda de robos e incendios. No obstante, hay que recordar que el PVC viene de un derivado del petróleo, lo que quiere decir que se trata de un material que arde fácilmente. Por su parte, el aluminio es ignífugo.

Sostenibilidad

Si quieres crear un hogar sostenible y respetuoso con el medioambiente, el PVC debería ser descartado en este momento. Solo se recicla el 9% del plástico producido en el mundo, el resto acaba en los mares y océanos, causando un impacto negativo en el ecosistema marino. Concretamente, el PVC es un plástico muy difícil de reciclar por sus altos costes y por la falta de mercado que consuma PVC reciclado. Su única salida es la combustión para recuperar parte de la energía que se empleó para su fabricación.

El aluminio, en cambio, es 95% reciclable, y el proceso de reciclaje sólo necesita del 5% de la energía que se utilizó para ser fabricado. Además de eso, desde hace 100 años se está utilizando el 75% del aluminio ya producido.